Durante mucho tiempo, el mundo occidental pensó que la Tierra era el centro del universo. En un momento dado, era herejía no hacerlo así. Después de que el universo heliocéntrico fuese adoptado, nos sentimos más pequeños y menos importantes. Pero también ganamos algo, nuevos conocimientos y un nuevo camino por el cual explorar los cielos. Aquello fue un cambio de paradigma en nuestra forma de pensar y ahora, está sucediendo de nuevo.

Hoy sabemos que nuestro planeta no es especial en ciertos otros aspectos. En términos de habitabilidad en una zona “ricitos de oro” que pudiera albergar vida, la Tierra no es el único planeta que no es ni muy caliente ni demasiado frío. Agua líquida y una atmósfera ya no se consideran lujos tampoco. En resumen, dados estos aspectos y las posibilidades matemáticas, muchos científicos creen que sólo es cuestión de tiempo antes de que hallemos vida en otro lugar. Después de todo, miles de millones de estrellas habitan tan sólo en nuestra galaxia, lo que supone cientos de planetas del tamaño adecuado dentro de la zona habitable. Y este es un estimado muy conservador.

Kepler es un telescopio espacial diseñado para rastrear una sección de la Vía Láctea con el objeto de hallar exoplanetas. Un exoplaneta es aquel que se encuentra más allá de nuestro sistema solar. Antes de Kepler, los astrónomos se preguntaban si los propios planetas eran algo común o por el contrario, eran raros. Lanzado en 2009, el Kepler ha descubierto 2,500 exoplanetas confirmados y 30 en la zona habitable – cada uno de ellos del doble del tamaño de la Tierra. Hoy hay 3,500 exoplanetas confirmados en total.

Telescopio Espacial Kepler. Crédito: NASA

El problema con el Kepler es que ha acumulado toneladas de datos, tantos que nadie podría revisarlos todos. Los científicos decidieron elegir aquellos candidatos con fuertes señales. Sin embargo, las señales más débiles serían un tesoro escondido para la inteligencia artificial (I.A.). Así, Christopher Shallue, ingeniero de software en Google Brain, y Andrew Vanderburg, de la Universidad de Texas, en Austin, decidieron intentarlo. Para ello utilizaron Machine Learning, un nuevo y fascinante campo de la I.A que está consiguiendo algunos increíbles avances. Su I.A. utiliza “redes neuronales” artificiales modeladas a imagen de nuestro cerebro, aunque en una versión más simple.

En conferencia de prensa reciente, Shallue y Vanderburg explicaron cómo habían entrenadu a su programa de I.A. para identificar exoplanetas a partir de la base de datos de Kepler. De acuerdo a los científicos, las redes neuronales no se entrenan programándolas, sino exponiéndolas a lo que quieres que reconozcan. Por ejemplo, si quieres identificar perritos y gatitos, les muestras abundantes fotografías. Después de un tiempo se hará un experto en reconocerlos.

Excepto que en este caso no le mostraron animalitos. En su lugar le enseñaron a leer los minúsculos cambios de luz en el brillo de una estrella, que tienen lugar cuando un planeta transita o pasa frente a ella. Después de suficiente práctica, lo dejaron solo con las grabaciones del Kepler. Lo que la I.A. descubrió es que nuestro sistema solar no es tan único como pensábamos. En lugar de ser el único con ocho planetas, ahora somos dos (que sepamos).

NASA presentó al sistema Kepler 90 en un histórico anuncio el 14 de diciembre, 2017. “El sistema estelar Kepler 90 es como una mini versión de nuestro sistema solar. Tiene pequeños planetas en el interior y pequeños planetas en el exterior, pero todo se encuentra apretujado mucho más cerca”.

Los expertos especulan con que, de hecho, un sistema solar de ocho planetas podría ser común. También parece que tener un sistema solar en el que los planetas más pequeños se encuentran al frente y los más grandes atrás, pueda no ser tan extraño. Con suerte, exploraciones futuras pueden ayudar a comprender exactamente cómo se forman los sistemas planetarios, dado que el descubrimiento de nuevos exoplanetas ha trastornado muchas de las teorías que los astrónomos desarrollaron a partir del estudio de nuestro sistema solar.

Órbita de los planetas del sistema Kepler 90. Crédito: NASA/Ames Research Center/Wendy Stenzel.

El descubrimiento comenzó con tan sólo un planeta. La I.A. halló una débil señal de tránsito de un planeta conocido como Kepler 90i que había sido omitido previamente. Se encuentra en un sistema planetario llamado Kepler 90, localizado en la constelación del Dragón, a unos 2,545 años luz de la Tierra. El nuevo planeta es extremadamente caliente, con una temperatura media en la superficie de 426.6 °C, aproximadamente tan caliente como Mercurio. Su año es increíblemente corte. Orbita a su estrella una vez cada 14.4 días. Este sistema no es probablemente el mejor candidato para la vida. Lo que cambia las reglas del juego, además de nuestro sistema solar cayéndose de su puesto único, es la capacidad de utilizar Machine Learning para detectar exoplanetas no reconocidos previamente. El programa también localizó un sexto planeta en el recientemente descubierto sistema TRAPPIST.

La I.A. había sido utilizada anteriormente para rastrear la base de datos de Kepler. Pero estos hallazgos muestran que las redes neuronales artificiales son particularmente hábiles en este cometido. La idea fue planteada en primer lugar por Shallue, quien, mientras estudiaba astronomía en su tiempo libre, supo cómo esta disciplina estaba ahogándose en datos. “El Machine Learning realmente sobresale en estas situaciones en las que hay tantos datos que los humanos no pueden examinarlos por sí mismos”, dijo.

Paul Hertz es el Director de la División de Astrofísica de la NASA en Washington. Dijo, “tal y como esperábamos, hay emocionantes descubrimientos ocultos en nuestros datos archivados del Kepler, esperando la herramienta o la tecnología correcta para sacarlos a la luz”. Y añadió, “estos hallazgos  muestran que nuestros datos serán un tesoro escondido para investigadores innovadores en los años por venir”. Shallue y Vanderburg lo consideran una prueba exitosa de un borrador. En el mismo, explicaron en un PAPER que será publicado en The Astronomical Journal, la I.A. escaneó 670 estrellas. En el futuro, planean que estudie todas la 150,000 estrellas que el Kepler ha identificado.

Hoy aún consideramos a nuestro planeta especial, como el único lugar conocido para albergar vida. Uno se pregunta cuánto tiempo retendrá esta altiva posición. Hasta el momento, la I.A. utilizada no puede determinar si un exoplaneta es un buen candidato para la vida. Pero con la tecnología y la potencia de cálculo moviéndose tan aprisa, esa capacidad no debería encontrarse demasiado lejos.

Puede ver un vídeo de la NASA sobre el descubrimiento a continuación.

Créditos: SAQROO A.C. / Philip Perry / Big Think