A finales del mes de marzo, una gran plataforma de perforación se instalará en el Golfo de México para realizar perforaciones en el corazón del cráter de Chicxulub, donde se encuentra enterrado los restos del impacto de un Asteroide que hace 66 millones de años hizo que se extinguieran los dinosaurios, junto con la mayoría de la vida en este planeta.

Un barco especialmente equipado navegará desde el puerto mexicano de Progreso, Yucatán, a un punto a 30 kilómetros de la costa. Allí en aguas de 17 metros de profundidad, el barco hundirá tres torres para instalar la plataforma de perforación y quedar estable sobre el mar.

El 1 de abril, el equipo de científicos del International Ocean Discovery Program (IODP)planea comenzar la perforación, batiendo a través de 500 metros de piedra caliza que fueron depositados en el lecho marino por el impacto del asteroide. Durante 2 meses estarán trabajando día y noche en un intento de bajar a un kilómetro de profundidad, en busca de cambios en los tipos de roca, la catalogación de microfósiles, y la recolección de muestras de ADN.

A medida que la perforación se acerca al cráter a 800 metros de profundidad, los científicos esperan encontrar un menor número de especies de animales (de concha) que conforman la piedra caliza, ya  que la vida se estaba recuperando después del impacto. Algunos científicos creen que el Dióxido de Carbono liberado por el impacto habría acidificado los océanos, lo que contribuyó a la extinción, por lo que el equipo analizará si los animales del fondo marino justo después del impacto fueron las especies que toleraron un pH bajo.

Para muchos de los científicos, el evento principal será alcanzar el anillo de pico. Anillos de picos abundan en la Luna, Mercurio y Marte. Pero en la Tierra, hay otros dos cráteres además de Chicxulub que también tienen anillos de pico. Los 2 mil millones de años de edad del cráter de Vredefort en Sudáfrica, y el de 1.8 mil millones de años de edad del cráter Sudbury en Canadá. Sin embargo, son tan viejos ambos que sus anillos de pico han erosionado.

Cuando la broca encuentre vetas minerales u otras zonas de fractura en el anillo de pico, los científicos obtendrán del núcleo datos de microbios que aún viven en las fracturas, y analizarán su secuencia de ADN para buscar los genes responsables de las vías metabólicas.

Esos genes podrían mostrar que en el anillo de pico los microbios descendientes de aquellos que vivieron después del impacto, derivaron su energía no del carbono y del Oxígeno (como en la mayoría de los microbios), sino a partir de Hierro o Azufre depositados por los fluidos calientes que se filtraron a través de la roca fracturada. Y eso significaría que en el cráter de impacto, el presagio de la muerte fue también un hábitat para la vida.

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