Si el Sol continúa apareciendo sin manchas solares en las próximas décadas, tal y como predicen algunos científicos que podría ocurrir, ¿qué consecuencias tendrá para la Tierra?

Científicos se encuentran estudiando el pasado para predecir el futuro del clima espacial.

En 1645 el Sol se quedó prácticamente sin manchas solares. Durante el periodo de 70 años que siguió, conocido como Mínimo de Maunder, las manchas solares aparecieron solo en raras ocasiones en la superficie del Sol. Ahora, tras un máximo de actividad magnética que condujo a la aparición de multitud de manchas solares durante los años 50 y 60, el Sol parece nuevamente estar dirigiéndose hacia un mínimo semejante.

Sin embargo, no siempre es algo negativo cuando la historia se repite, significa que podemos estudiar el pasado para predecir el futuro. Y eso es justo lo que científicos como Mathew Owens están haciendo. En los Scientific Reports de la revista Nature del pasado 31 de enero, Owens y sus colegas revisaban el Mínimo de Maunder con el fin de anticipar la actividad solar y de auroras (o la ausencia de las mismas) en nuestro futuro próximo.

Entonces y Ahora

El Mínimo de Maunder toma su nombre de los astrónomos solares Annie Russell Maunder y E. Walter Maunder, quienes descubrieron por primera vez el extenso periodo de reportes sobre el anormalmente reducido número de manchas solares. Durante este tiempo el Sol continuó su ciclo de 11 años de actividad, con su cuenta de manchas solares aumentando hasta un máximo y descendiendo a un mínimo de nuevo. Sin embargo, incluso contando con los reportes de Giovanni Cassini, Johannes Hevelius, y varios otros que observaban el Sol con regularidad, solo se registraron un par de docenas de manchas solares en un periodo de tiempo de 70 años. Sunspot graph

Y en años recientes, se ha hecho evidente que la era moderna parece estar dirigiéndose hacia un mínimo de ese tipo. El ciclo actual de actividad solar, conocido como Ciclo 24, llegó a su máximo en 2013, pero este pico fue el menor registrado en 100 años. Y aunque las predicciones sobre el ciclo solar puedan ser algo arriesgadas (muchas predicciones para el Ciclo 24 fueron totalmente erróneas), muchos expertos anticipan que el Ciclo 25 será aún más débil. Si la tendencia continúa, podríamos estar mirando a un Sol esencialmente en blanco, sin manchas solares, en los próximos años, otro Mínimo de Maunder.

“Yo diría que en este punto un Mínimo de Maunder en los próximos 50 años es más probable que ocurra que no”, afirma Owens, aunque advierte contra la predicción de la actividad en un ciclo individual.

La diferencia entre los débiles ciclos actuales y el Mínimo de Maunder tiene, literalmente, bastante ciencia. La Era Espacial ha cambiado desde hace tiempo el juego de la ciencia solar, permitiendo a los científicos obtener información de todo, desde la velocidad y la densidad del viento solar hacia la Tierra, hasta imágenes detalladas del campo magnético del Sol.

Por otro lado, todo lo que tenemos de los años Maunder, son cuentas de manchas solares, pequeños puntos que tan sólo dan una pequeña idea sobre el funcionamiento interno del Sol.

Estudia el pasado, predice el futuro

Así que esa es la razón por la que Owens y sus colegas reprodujeron los últimos 30 años de actividad solar en un modelo computacional del campo magnético del Sol, utilizando datos actuales para dirigir el modelo. Magnetosfera

Una vez logrado esto, el equipo de Owens llevó al modelo atrás en el tiempo, siguiendo las huellas del Mínimo de Maunder. Con tan solo las escasas manchas solares como aporte, el modelo daba una tendencia en retrospectiva sobre cómo se habrían visto el Sol y el viento solar, básicamente reconstruyendo así el clima espacial de hace 400 años.

“Se ha llevado a cabo una gran cantidad de trabajo para intentar entender los mínimos  profundos para el Sol  y otras estrellas”, explica Tom Schad. “El poder de este trabajo yace en la avanzada naturaleza de los propios modelos magneto hidrodinámicos”.

Obviamente, la extrapolación de un modelo tan atrás en el tiempo tiene el riesgo de ya no ser relevante”, añade Schad. “Son primordiales múltiples enfoques sobre el mínimo profundo”.

Entonces, ¿qué implicaciones tiene todo esto para nuestro futuro, si ese futuro incluye realmente un mínimo profundo? Menos manchas solares, viento solar más débil y una reducida actividad magnética en general, apuntan hacia un futuro con menos auroras boreales, y las que aparezcan se concentrarán más alrededor de los polos de lo que lo hacen en la actualidad.

“Casualmente el Mínimo de Maunder apareció a mitad de la Pequeña Edad de Hielo, llevando a algunos a suponer una conexión entre las manchas solares y el tiempo, pero puesto que el Mínimo de Maunder comenzó 50 años después de que comenzara la Pequeña Edad de Hielo, es probable que ambos no estén relacionados”.